jueves, 20 de octubre de 2011

Solidaridad ejemplar

Después de algunos detalles y la observación de niños y niñas de etnia gitana, empiezo a ser consciente del gran instinto solidario de estas personas.
Esta mañana, Lleira (9 años), la mayor de cuatro hermanos, ha demostrado un cariño y un cuidado hacia sus hermanos, cuanto menos, admirable. Siempre está atenta a Yadira (5 años), ha jugado con David (8 años) y ha consolado a Daniel (3 años) al ponerse a llorar. Con sólo 9 años, Lleira presta desinteresadamente su ayuda por simple amor hacia sus familiares. Pero este no es el único caso de solidaridad que me sorprende desde estas minorías. Sólo hay que observar, en un patio de recreo, a un niño que no lleve bocadillo: sobran los voluntarios para ofrecer un trozo del suyo. 
Si analizamos a los adultos pertenecientes a estas etnias, también podemos fijarnos en estos gestos, por ejemplo:  a los familiares ancianos, los acompañan, los cuidan, los respetan y permanecen junto a ellos hasta los últimos días de sus vidas, nunca los dejan solos. 
En mi opinión, tratamos de educar a estas personas que subsisten en contextos marginales, pero también tenemos mucho que aprender de ellos.


martes, 18 de octubre de 2011

¡CASTIGADO!

Tradicionalmente el castigo era un instrumento básico para extinguir una conducta incorrecta, pero hoy existen medios más eficaces y menos ofensivos.
Los niños sólo son niños y tienen que aprender, por eso mismo, el castigo no es la mejor forma de enseñar, ya que pueden deteriorarse los vínculos afectivos y hay formas de educar menos "dañinas".
El juez Emilio Calatayud, decano del juzgado de menores de Granada, es conocido por la utilización de sentencias ejemplares, como las siguientes:
- El cumplimiento de 100 horas de servicio a la comunidad, patrullando junto a un policía, por haber conducido temerariamente y sin carnet.
- Trabajo con bomberos por haber quemado contenedores.
- Visitas a centros para parapléjicos, hablando con ellos y sus familias, por haber conducido borracho.
Estas medidas se pueden extrapolar a las aulas sin necesidad de implantar castigos. ¿De qué sirve que un niño copie 100 veces que se debe portar bien? o ¿Es útil expulsar a un niño de la clase?¿Van a comportarse correctamente porque los pongamos de pie en una esquina?
Desde mi punto de vista, es preferible aplicar soluciones alternativas, por ejemplo, si insultan a un niño o una niña, escribirle una carta pidiendo perdón; o si hay algún alumn@ que hable mucho en clase, que haga una exposición oral sobre la lección que estemos dando al resto de sus compañer@s.
En definitiva, tratar de que los niñ@s sean felices y aprendan de la mejor forma.
Mª Luisa Ferrerós ha credo un método muy práctico cuyo objetivo es incidir en la disciplina sin dejar a un lado los vínculos afectivos y teniendo muy presente el componente emocional.