Esta mañana, Lleira (9 años), la mayor de cuatro hermanos, ha demostrado un cariño y un cuidado hacia sus hermanos, cuanto menos, admirable. Siempre está atenta a Yadira (5 años), ha jugado con David (8 años) y ha consolado a Daniel (3 años) al ponerse a llorar. Con sólo 9 años, Lleira presta desinteresadamente su ayuda por simple amor hacia sus familiares. Pero este no es el único caso de solidaridad que me sorprende desde estas minorías. Sólo hay que observar, en un patio de recreo, a un niño que no lleve bocadillo: sobran los voluntarios para ofrecer un trozo del suyo.
Si analizamos a los adultos pertenecientes a estas etnias, también podemos fijarnos en estos gestos, por ejemplo: a los familiares ancianos, los acompañan, los cuidan, los respetan y permanecen junto a ellos hasta los últimos días de sus vidas, nunca los dejan solos.
En mi opinión, tratamos de educar a estas personas que subsisten en contextos marginales, pero también tenemos mucho que aprender de ellos.
Totalmente de acuerdo.Creemos que a las minorías sólo nos queda enseñárles, casi nunca pensamos todos lo que podemos aprender de ellos y es mucho.
ResponderEliminarBonita entrada. Todos somos maestros y educandos en un sentido amplio. En cuanto al detalle de como cuidan a sus mayores los gitanos, es cierto, no verás un anciano gitano en la residencia. Ahora bien, hay que ver el papel de la mujer gitana que es sobre la que recae esa tarea. No trabaja fuera de casa, no estudia...y asume todas las labores tradicionales de la mujer incluida cuidar a los mayores. Si la mujer gitana se incorpora al mundo laboral y académico en altos niveles ¿seguirán cuidando a sus mayores en casa o tendrán que buscar alternativas?.
ResponderEliminarTienes razón, no me había planteado esa cuestión. Es verdad que la mujer gitana suele asumir todas las tareas de la casa, pero cada vez son más las que estudian y se incorporan al sector laboral. Aún no se ha perdido la tradición de cuidar y acompañar a sus mayores (aunque siempre habrá excepciones)yo, personalmente, tengo la fe de que no se pierda esta costumbre.
ResponderEliminarHola Paloma, me gusta mucho tu blog y su temática.
ResponderEliminarHe podido constatar que las personas que viven en situaciones de riesgo, son unos supervivientes y muestran una fortaleza y apasionamiento por la vida, que en personas con una vida "normal" no es tan acusado. Es verdad que entre ellos son solidarios y pienso que han aprendido que ser así les hace mas fuertes. No sólo reciben, ellos ofrecen conocimiento.
Por supuesto, todas las culturas tienen coasas buenas y cosas malas. Debemos de aprender de las buenas y tratar de educar esas malas costumbres, incluso dentro de nuestra propia cultura. Es la Interculturalidad.
ResponderEliminarEste año he estado en Marruecos tres semanas y he podido comprovar cosas que aqui no valoramos, pero también tengo que decir que otras no las he entendido pero yo he aprendido valores que no tenia y otros que no quiero perder.
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