martes, 18 de octubre de 2011

¡CASTIGADO!

Tradicionalmente el castigo era un instrumento básico para extinguir una conducta incorrecta, pero hoy existen medios más eficaces y menos ofensivos.
Los niños sólo son niños y tienen que aprender, por eso mismo, el castigo no es la mejor forma de enseñar, ya que pueden deteriorarse los vínculos afectivos y hay formas de educar menos "dañinas".
El juez Emilio Calatayud, decano del juzgado de menores de Granada, es conocido por la utilización de sentencias ejemplares, como las siguientes:
- El cumplimiento de 100 horas de servicio a la comunidad, patrullando junto a un policía, por haber conducido temerariamente y sin carnet.
- Trabajo con bomberos por haber quemado contenedores.
- Visitas a centros para parapléjicos, hablando con ellos y sus familias, por haber conducido borracho.
Estas medidas se pueden extrapolar a las aulas sin necesidad de implantar castigos. ¿De qué sirve que un niño copie 100 veces que se debe portar bien? o ¿Es útil expulsar a un niño de la clase?¿Van a comportarse correctamente porque los pongamos de pie en una esquina?
Desde mi punto de vista, es preferible aplicar soluciones alternativas, por ejemplo, si insultan a un niño o una niña, escribirle una carta pidiendo perdón; o si hay algún alumn@ que hable mucho en clase, que haga una exposición oral sobre la lección que estemos dando al resto de sus compañer@s.
En definitiva, tratar de que los niñ@s sean felices y aprendan de la mejor forma.
Mª Luisa Ferrerós ha credo un método muy práctico cuyo objetivo es incidir en la disciplina sin dejar a un lado los vínculos afectivos y teniendo muy presente el componente emocional.

4 comentarios:

  1. Esos son castigos ejemplares :) Los niños,son niños y deben aprender las consecuencias de sus actos acorde con la edad que tienen.

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  2. En mi opinión, los niños deben ser atendidos por sus logros y no tanto por sus fracasos. Con esto quiero decir, que es bastante común que aquel niño que usualmente se porta mal, sea sólo atendido cuando comete acciones erróneas. Si así llamo la atención, ¿para qué cambiar?
    Reforzar las conductas positivas, es un paso muy importante que suele ser olvidado. Eso no quiere decir,que los niños queden impunes ante sus malos actos. Como dice Estefanía, si hacen algo mal, deben conocer las consecuencias que su comportamiento tiene.

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  3. Para que un niño aprenda a ser responsable debe saber cuáles son las consecuencias de sus actos. Y aquí es donde los adultos entramos. Nuestro deber es ayudarles a conocer qué ocurre si hacen o dejan de hacer tal cosa. Es decir, en nosotros está el marcarles ciertas pautas para que puedan ver dónde están los límites. Es pues, que más que de castigo, yo hablaría de medidas correctoras.

    Chari

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  4. El juez de menores Emilio Calatayud no me parece un referente adecuado. Aunque es mediático cree en el uso de la violencia física en determinadas condiciones (ver entrevista que de Jesús Quintero, en youtube). En lo que se refiere a la utilización de sentencias ejemplares me hace reflexionar el hecho de que un juez se jacte públicamente de tomar este tipo de sentencias cuando en la realidad (al menos en mi realidad profesional) la mayoría de ellas no se llevan a la práctica efectiva.

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